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Embarazo y tratamientos post parto

Durante el embarazo el cuerpo de la mujer experimenta importantes cambios físicos y hormonales, y no siempre recupera su aspecto inicial después del parto.

Uno de los cambios más evidentes durante los 9 meses de embarazo es el aumento rápido de peso para adaptarse al crecimiento del bebé y la posterior pérdida de volumen tras el parto. Este cambio de peso tan acentuado y en tan poco tiempo puede traducirse en muchos casos en un estiramiento brusco de la dermis con la consiguiente pérdida de elasticidad y en una marcada flacidez corporal, especialmente a nivel de la tripa, el pecho, los glúteos y las piernas.

Será necesario que pasen varios meses antes de recuperar la normalidad física de nuestro cuerpo, e incluso una vez alcanzado el peso inicial antes del embarazo podemos encontramos con un exceso de piel y una pérdida de firmeza de los músculos abdominales, y con un pecho que ha perdido su volumen y se presenta descolgado.

Además de estas alteraciones corporales, que suelen ser las más evidentes, las hormonas también van a afectar al estado de la piel en general y concretamente a nivel del rostro; y mientras que durante el embarazo la mayoría de las mujeres muestran un aspecto hidratado, luminoso y uniforme, una vez que este ha finalizado es cuando pueden aparecer las diferentes alteraciones cutáneas, que a veces son de difícil solución.

Aunque muchos de estos cambios son inevitables, otros sí que se pueden controlar o por lo menos minimizar al máximo; y para ello es importante incidir en la necesidad de cuidar e hidratar al máximo y desde el primer mes la piel tanto del rostro como la del cuerpo, protegerla totalmente del sol y controlar el aumento de peso dentro de los límites establecidos por nuestro médico especialista.

Cada mujer es única, y no todos los rostros ni todos los cuerpos reaccionan de la misma manera tras un embarazo, por lo que es fundamental realizar un diagnóstico profundo y personalizado para poder adaptarnos a las necesidades particulares de cada mujer, estableciendo los tratamientos reafirmantes y reductores más apropiados según la patología desarrollada.

Cambios durante el embarazo y el post parto

Es importante diferenciar los cambios más frecuentes que pueden producirse tanto a nivel del rostro como a nivel corporal.

Cambios a nivel del rostro:

Debido a los cambios hormonales durante el embarazo y después del parto, y a la pérdida de peso brusca, podemos encontrarnos:

  • Cambios en la textura de la piel y el poro: después del parto podemos apreciar un poro más abierto y mayor tendencia a comedones y puntos negros.
  • Aparición de brotes de acné hormonal y marcas, sobre todo en la región peribucal.
  • Aparición de Cuperosis y pequeñas telangiectasias faciales: sobre todo aparecerán en aquellas pacientes con piel sensible y que ya presentaban previamente ciertas alteraciones vasculares (rosácea, flashing, rubor facial, etc.) y Cuperosis, las cuales pueden agravarse por el esfuerzo durante el parto.
  • Hiperpigmentaciones: debido a los importantes cambios hormonales es muy frecuente que aparezca un tipo de melasma específico del embarazo o “Cloasma”. Esta máscara del embarazo suele disponerse sobre todo a nivel peribucal, aunque también puede aparecer en otras zonas del rostro, como frente y mejillas. Es un tipo de mancha que suele desaparecer después del embarazo, pero no siempre sucede así, y puede quedar de manera crónica.
  • Flacidez facial del tercio medio e inferior del rostro: en ocasiones y cuando hay cierta predisposición a padecer flacidez cutánea, el cambio brusco de peso hace que la piel del rostro a nivel de dermis pierda su elasticidad.
  • Pérdida de volumen facial y aparición de surcos: la formación de ojeras marcadas, el hundimiento de los surcos de la lágrima (nasoyugales) y la aparición de los surcos nasogenianos son los cambios más frecuentes que suelen manifestarse a nivel facial tras el parto. El cambio brusco de peso y las noches sin dormir por la llegada del bebé, pueden hacer que empecemos a notar que estas zonas están más hundidas y marcadas que antes, dándonos un aspecto de cara cansada permanentemente.
  • Aparición de vello facial: debido a los cambios hormonales y a la caída de los estrógenos puede aparecer vello facial a nivel de mentón, labio superior, zona de patillas, etc.
  • Aparición de verrugas sobre todo a nivel del rostro y el cuello.
  • Alopecia postparto: Durante el embarazo los niveles de progesterona son elevados lo que hace que el cabello tenga un aspecto sano y brillante, pero después del parto se produce un desequilibrio hormonal que conlleva una caída del pelo más abundante de lo habitual, y aunque en muchos casos suele tender a estabilizarse en otros la alteración perdura en el tiempo.

Cambios a nivel corporal:

Estos son debidos principalmente al cambio brusco de peso y de volumen que experimenta el cuerpo de una mujer en un periodo relativamente breve de tiempo. Podemos encontramos:

  • Flacidez corporal sobre todo a nivel de abdomen, glúteos y muslos: los cambios físicos que se producen durante el embarazo, con un cambio de volumen importante, hace que la piel a nivel dérmico se quede estirada durante un tiempo, necesitando mucho tiempo para recuperar su elasticidad y aspecto inicial.
  • Pérdida de volumen y descolgamiento del pecho: el pecho es también una de las zonas corporales que sufren un gran cambio, no solo durante el embarazo sino también durante la lactancia. Recuperar su aspecto inicial a veces es imposible, ya que pueden quedar más pequeños, vacíos y descolgados.
  • Acumulación de grasa localizada en la zona de las caderas, el abdomen y en flancos: a pesar de la dieta y el ejercicio, a veces es complicado volver a recuperar la figura inicial sobre todo a nivel del abdomen y cintura, quedando acúmulos de grasa localizada en estas zonas, que deberían ser tratados cuanto antes para evitar su cronicidad.
  • Celulitis en muslos, caderas y abdomen: debido al aumento de peso y a que el componente microcirculatorio se va a ver comprometido durante el embarazo, observamos un empeoramiento de la celulitis en aquellas pacientes que ya tienen una predisposición a padecerla, por aumento del tamaño de los adipocitos y una mayor retención de líquidos y toxinas a nivel intersticial.
  • Retención de líquidos: el aumento de peso y los cambios hormonales van a provocar una mayor retención de líquidos a nivel corporal, haciéndose más evidente en extremidades como brazos y piernas. El tratamiento de esta patología se puede hacer con diferentes técnicas manuales autorizadas, incluso durante el embarazo.
  • Aparición de estrías generalmente en las zonas de caderas, glúteos, abdomen, brazos y mamas: las estrías son uno de los grandes temores de las mujeres embarazadas, ya que es muy habitual su aparición debido a que la dermis sufre un proceso de estiramiento brusco en un periodo corto de tiempo, normalmente como consecuencia del aumento rápido y/o pérdida de volumen del cuerpo. Es importante la prevención durante el embarazo con cosmética apropiada y actuar sobre ellas lo antes posible, después del parto.
  • Varices y arañas vasculares: es muy frecuente la aparición de varices y pequeñas venitas durante el embarazo, o que se produzca un cierto empeoramiento de las ya existentes. La sangre tiene más dificultad para circular con normalidad por las piernas, por lo que aumenta la probabilidad de que aparezcan pequeñas arañas vasculares. Además, en muchas ocasiones las mujeres embarazadas tienen que hacer reposos muy rigurosos, acentuando así el problema.
  • Alteraciones funcionales y estéticas en los genitales: los partos vaginales pueden generar cambios en el diámetro y en la longitud de la vagina, y dañar la elasticidad de la zona pélvica, afectando a las relaciones íntimas y a la vida diaria de la mujer. Además, esta pérdida de la elasticidad de la pared vaginal hace que, independientemente de la edad de la mamá y tras partos múltiples, exista un porcentaje muy elevado de pacientes con importantes pérdidas de orina que dificultan su día a día. En estos casos, el actuar cuanto antes resulta fundamental a la hora de recuperar la funcionalidad normal.
  • Cicatrices debido a una cirugía por cesárea o a una cirugía mamaria (elevación de pecho con o sin prótesis): existen tratamientos destinados a disimular y mejorar su aspecto, siendo fundamental actuar sobre ellas lo antes posible para obtener unos resultados óptimos.

Como es natural, cada una de estas alteraciones estéticas a las que se ve sometido nuestro cuerpo y nuestro rostro serán tratadas con distintos tratamientos médico estéticos, con el fin de recuperar la figura después del parto y la calidad de la piel.

Tratamientos durante el embarazo y post parto

El cuidado de nuestro cuerpo durante el embarazo va a determinar de manera fundamental el tiempo necesario que necesitaremos para recuperar nuestra figura inicial después del parto; así como el momento de iniciar los tratamientos médico estéticos postparto, los cuales y siempre con un diagnóstico personalizado, deberán ser incorporados lo antes posible.

La genética, como siempre, jugará un papel fundamental, pero aun así es importante establecer una rutina diaria de cuidados, una corrección alimentaria y un control de lo que comemos, e incluso una pauta de actividades deportivas adecuadas a nuestro estado concreto. No obstante, muchas veces todo esto no es suficiente y necesitaremos complementar con los tratamientos postparto indicados de manera personalizada para cada paciente.

Si bien es cierto que durante el embarazo estamos muy limitados en los tratamientos, pudiendo establecer básicamente pautas cosméticas domiciliarias, tratamientos de higiene e hidratación a nivel facial, control de la inflamación y la rosácea y tratamiento de brotes de acné. A nivel corporal podremos realizar DLM (Drenaje Linfático Manual), Presoterapia y tratamientos muy efectivos como el Método Renata França (crear enlace) para favorecer la eliminación de los líquidos y las toxinas acumuladas, y que además aportaran una gran hidratación y resistencia a los tejidos que van a sufrir un importante aumento de volumen.

Si nos encontramos en período de lactancia, los tratamientos que podemos realizar serán prácticamente los mismos que durante el embarazo, y no podremos incorporar el resto hasta que no termine dicho período.

Tras el parto, el momento de incorporar la gran variedad de tratamientos médico estéticos de que disponemos, dependerá totalmente de la recuperación de la mujer. Así por ejemplo, tras un parto natural y si la recuperación de la paciente ha sido perfecta, podremos empezar a realizar los diferentes tratamientos post parto entre la segunda y la tercera semana de haber dado a luz.
En cambio, si el bebé ha nacido por cesárea lo recomendable es esperar entre tres o cuatro meses, antes de iniciar los tratamientos médico estéticos más potentes.

TRATAMIENTOS FACIALES:

TRATAMIENTOS CORPORALES:

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