La especialista en Nutrición Celular Activa de la Clínica de Medicina Estética Yolanda Albelda de Santiago de Compostela explica en las páginas de belleza de la revista Glamour que para que realmente tenga un efecto antioxidante y fotoprotector, el cosmético tiene que tener entre un 0,01% y un 5% de melatonina.
Aplicada en la piel es despigmentante, anti UV (refuerza las defensas naturales de la piel contra el sol, la contaminación y el tabaco), antiarrugas y regeneradora, así como protectora celular explica el Doctor Carlos San Martin (colaborador de la Clínica de Medicina Estética Yolanda Albelda) en este mismo reportaje, ya que depura los radicales libres en cascada (generando metabolitos, que también son potentes antioxidantes) y retrasa el envejecimiento. Además hidrata, mejora la elasticidad y es un buen cicatrizante. De hecho, se usa para tratar las lesiones producidas por la radioterapia en tratamientos oncológicos.
Es importante señalar que la melatonina oral no produce esos efectos beneficiosos sobre la piel (sí es muy eficaz para combatir el insomnio y el jet-lag) el motivo es que no llega en cantidades suficientes a la epidermis, ya que se metaboliza en el hígado, pasa a la circulación y es asimilada por diferentes órganos y tejidos, pero no llega a la piel en la cantidad necesaria para provocar los efectos que genera la administrada por vía tópica.
A partir de los 30 años es muy positivo recurrir a la melatonina, ya que a esa edad la producción natural de la melatonina disminuye abruptamente y con la que se obtiene a través del consumo de nueces, legumbres, avena, tomate o plátano (que son ricos en triptófano y vitamina B6, que favorecen su síntesis natural) se refuerzan sus propiedades endocrinas (la regulación del sueño, por ejemplo) pero no se consiguen sus beneficios sobre la piel como el retraso del envejecimiento, por ejemplo.