Es una técnica de diagnóstico no invasiva que nos permite visualizar de manera objetiva y en profundidad las diferentes lesiones vasculares de la piel, mediante una lente de mano. Para poder determinar correctamente los parámetros básicos que nos indiquen si se trata de una lesión benigna o no de la piel, esta lente amplifica 10 veces la imagen y utiliza una luz polarizada que elimina la reflexión de la luz cuando esta incide en la capa córnea de la epidermis.
Gracias a esta técnica de diagnóstico podemos visualizar “in vivo” estructuras y colores de la epidermis, unión dermoepidérmica y dermis superficial, lo cual nos aportará información suficiente para hacer un diagnóstico correcto de cada una de las lesiones de la piel, y establecer así el tratamiento más adecuado, siempre bajo el criterio y supervisión de un médico dermatólogo especialista.