Con la edad la piel del mentón pierde su elasticidad y adquiere un aspecto poco uniforme y rugoso “en empedrado”, con arrugas más o menos profundas.
Además del propio proceso de envejecimiento que ralentiza la síntesis de colágeno y fibras de elastina, existe otro motivo como es el aumento del tono del músculo mentoniano, lo cual provoca mentones arrugados con una línea mentoniana muy profunda, en muchos casos duros y con un aspecto de “bola”. Esta contracción excesiva del músculo mentoniano provoca una elevación del labio inferior, que a su vez hace que bajen las comisuras de la boca dando un aspecto de sonrisa triste.
Muchos pacientes no son conscientes de la importancia que la barbilla tiene en el conjunto de nuestro rostro, siendo uno de los puntos faciales que más sufren las consecuencias del envejecimiento, resultando de vital importancia su tratamiento en el momento en que aparezcan los primeros signos.
Existen otras causas responsables de su aparición como es la sobreexposición solar, contracciones musculares repetidas del mentón, el consumo de tabaco y la propia genética (estructura ósea y disposición muscular del tercio inferior).