La “diástasis abdominal o de rectos” es una alteración de la pared abdominal que se produce cuando los músculos rectos que se encuentran en la cara anterior del abdomen y que van desde las costillas hasta la parte superior del pubis, se separan a nivel de la línea Alba o punto de encuentro de todos los abdominales, provocando que la zona central de la pared abdominal esté más debilitada de lo normal.
Su aparición suele ser secundaria a enfermedades del tejido conectivo y a ciertas situaciones que provocan un aumento de presión intraabdominal, como sucede con el embarazo, la obesidad, la ascitis o una intensa actividad física de ejercicios abdominales. Además, personas con tos crónica (broncopatías) y/o personas que utilizan corticoides de manera habitual son más propensas a tener diástasis de rectos.
Aunque la diástasis de rectos no es dolorosa, supone para quien la padece no solo un problema estético, sino también un problema funcional. Se caracteriza por un vientre de aspecto flácido y descolgado, del que puede aparecer un abultamiento en la línea media abdominal por encima del ombligo cuando la persona está de pie o cuando la persona flexiona el abdomen, mientras que desaparece si la persona se tumba. En muchos casos también puede suponer un problema funcional, puesto que existe una importante relación con las disfunciones del suelo pélvico, como la incontinencia urinaria, los proplapsos y el dolor pélvico.
Su grado de incidencia es más habitual del que a priori podemos suponer, y aunque todos podemos llegar a tener una separación de rectos, independientemente de la edad, de si eres hombre o mujer, y de si realizas deporte habitualmente o eres una persona sedentaria; es cierto que hay un periodo crucial en la vida de la mujer que aumenta considerablemente las posibilidades de sufrir esta disfunción, y es durante el embarazo. Se considera que un 66% de las embrazadas tiene diástasis de rectos en el tercer trimestre, pudiéndose recuperar una vez se ha dado a luz o quedarse como una disfunción crónica. Por eso, si tras dar a luz te han diagnosticado o existen sospechas de que puedes tener una diástasis abdominal, la recuperación de tu abdomen y la estabilidad de tu “core” van a ser el primer paso a lograr en la rehabilitación posparto de tu suelo pélvico.