La mirada de un paciente joven denota juventud y alegría, siendo las cejas un elemento muy importante en la expresión facial y que contribuye de manera activa en la belleza del tercio superior.
Durante la juventud las cejas se sitúan a la altura del borde orbitario o bien por encima, mientras que con el paso del tiempo se produce una pérdida de volumen en las zonas alrededor de los ojos debido a que se pierde masa ósea, los músculos orbiculares se vuelven más atónicos y el tejido celular subcutáneo pierde su consistencia, dando la sensación de ojos cansados, abotargados y más pequeños. Estos cambios que se producen en el tercio superior hacen que la ceja tienda a descender y su parte final (cola de ceja) se descuelga en algunos casos más que el resto, dando a la mirada un aspecto cansado, triste y envejecido.
A veces por factores genéticos y por la propia estructura anatómica del paciente podemos observar que esta caída aparece a edades tempranas, debido sobre todo a un hundimiento lateral a nivel de las sienes o fosas temporales. Como en todos los casos, es importante hacer un tratamiento preventivo para reponer los volúmenes perdidos del arco supraciliar y de las sienes con diferentes productos y técnicas, según la necesidad de cada paciente.