Es aquella hiperpigmentación que aparece después de un proceso inflamatorio cutáneo agudo o crónico, de manera que una vez que cicatriza la herida o lesión, la piel se oscurece y queda una pigmentación residual en la misma zona.
Existen diferentes afecciones cutáneas que pueden y suelen provocar este tipo de hipercromías, como son: herpes, lupus, eccema, acné inflamatorio, quemaduras, cicatrices quirúrgicas, cualquier traumatismo cutáneo, tratamientos dermoabrasivos, depilación, etc.
El motivo por el cual se produce esta discromía es porque la lesión, del tipo que sea, provoca una inflamación de la piel, que a su vez activa los melanocitos (células productoras de melanina), las cuales liberan un exceso de melanosomas o gránulos de melanina que pigmenta la zona de la herida, y puede permanecer mucho tiempo después de que la herida inicial haya cicatrizado.