La piel del escote junto con la del cuello es mucho más fina que la de otras partes del cuerpo, y por lo tanto la proporción de las proteínas de sustentación como son el colágeno y la elastina es mucho menor, de manera que el propio proceso de envejecimiento biológico va a ser el responsable de la aparición, a veces a edades tempranas, de determinados signos envejecimiento como son las arrugas, manchas, cuperosis, puntos rubí, etc.
La genética (calidad de piel, fototipo, etc.) y el componente hereditario son factores que predisponen a la aparición de lesiones vasculares en cuello y escote, pero no son los únicos, ya que existen otros factores desencadenantes que pueden agravar sus síntomas: exposición solar sin la adecuada protección, estrés emocional, la ingesta de algunos alimentos (especialmente la comida picante, carne adobada, bebidas calientes, etc.), el alcohol, el viento, algunos medicamentos, clima muy frío, cambios bruscos de temperatura, la humedad, etc.
Las lesiones vasculares más frecuentes de cuello y escote: