Se conocen con el nombre de lunares y normalmente son lesiones benignas cutáneas, congénitas o adquiridas, que debido a un aumento del número de melanocitos dan lugar a una hiperpigmentación de color marrón o pardo-negruzca dependiendo de su localización y del color natural de la piel sobre la que se disponen.
Dependiendo del tipo de nevus presentan una forma y un tamaño variable, pueden ser planos o con relieve y aparecen en cualquier zona de la superficie corporal.
En general cuanto mayor sea su tamaño más controlados deben estar, tanto si son congénitos como adquiridos. Si en cualquier momento observamos un aumento de tamaño en pocos meses, cambios de forma, color, simetría, exudación, picor o signos de inflamación, es importante acudir a un médico especialista para descartar su posible riesgo de degenerar en un melanoma maligno.