Los puntos rubí o angiomas seniles adquiridos son pequeños lunares vasculares de color rojo intenso y forma redondeada, que normalmente aparecen en el cuerpo, a nivel del tronco, aunque también pueden aparecer a nivel facial.
Suelen tener un origen hereditario, de manera que si los padres tienen puntos rojos en la piel es probable que los hijos también los desarrollen en la edad madura, a partir de los 40 años. Se considera el envejecimiento y la exposición solar sin protección factores que acentúan su presencia, aunque debe existir una predisposición genética de base. Así mismo, se ha podido comprobar que personas que sufren diabetes tienen mayor probabilidad de tener puntos rubí y en más cantidad.
No suelen tener sintomatología alguna, y su tratamiento es simplemente estético, sobre todo en aquellos casos en los que no es un hecho aislado y empiezan a invadir grandes áreas corporales.