La centrifugadora de sangre Horizon es un dispositivo cerrado y estéril que mediante el control de la velocidad y del tiempo, realiza un proceso de sedimentación de los elementos que componen la muestra de sangre, dividiendo el plasma en diferentes capas, según sus densidades.
Este aparato, aloja en su interior un número variado de tubos en los que se introduce el plasma extraído. Al encenderse, genera un movimiento rotatorio a altas velocidades y durante cortos períodos de tiempo, de manera que esta fuerza centrífuga produce la sedimentación de los componentes de la sangre, de acuerdo a sus diferentes densidades, separando así el plasma que se desea utilizar del que no.
El procedimiento para preparar el plasma rico en plaquetas (PRP) es un proceso biológico relativamente sencillo, pero para el cual se necesita una aparatología específica. Para el PRP, el tiempo requerido de centrifugación es de 8 a 10 minutos, aproximadamente, a una velocidad de 1800 revoluciones por minuto (rpm) y a temperatura ambiente.
El procedimiento se inicia con la extracción de sangre venosa, la cual se coloca dentro de la centrifugadora en un tubo estéril con tapa y con anticoagulante ya añadido, y tras el proceso de centrifugación, quedarán 3 capas bien diferenciadas. La capa inferior, que corresponde a las células rojas; una capa intermedia que corresponde a la serie blanca; y por último, la capa superior, que corresponde al plasma enriquecido en plaquetas y factores de crecimiento, la cual usaremos en su totalidad con diferentes fines médico- estéticos.
La capa superior o sustancia enriquecida en plaquetas y factores de crecimiento debe ser separada del resto mediante extracción con una jeringuilla estéril, de forma muy meticulosa para no crear turbulencias, y sometida a un proceso de coagulación mediante la adición cloruro de calcio al 10 %. Una vez preparada la muestra, se procede a su infiltración en el área de tratamiento, mediante el método de multiinyecciones o mesoterapia.
En definitiva, los factores de crecimiento son pequeños fragmentos proteicos biológicamente activos, que intervienen en todos los procesos de inflamación, proliferación y regeneración de los tejidos, y aunque son producidos y segregados por todas las células del organismo como respuesta a un estímulo específico, se encuentran en mayor proporción en las plaquetas, en los macrófagos y en las proteínas plasmáticas. En el plasma autólogo las concentraciones de plaquetas, una vez sometido al proceso de centrifugación, puede llegar a ser hasta 5 veces superior a las concentraciones normales, y teniendo en cuenta el papel que estas juegan como vehículo portador de los factores de crecimiento, entenderemos sus efectos beneficiosos en la reparación de heridas, cicatrices, tejidos dañados, etc.
Además, el PRP también puede aplicarse sobre tejidos sanos, ya que debido a la bioestimulación celular que producen los factores de crecimiento, se estimula la síntesis de colágeno y elastina, provocando la remodelación y redensificación de la epidermis y dermis superficial, pudiendo combatir los diferentes signos del crono y fotoenvecimiento, como: textura, poro, arrugas, marcas y cicatrices superficiales.