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Rinoplastia Estética

También conocida como cirugía estética de nariz, es una rama de la Otorrinolaringología y/o de la Cirugía Estética encaminada a reparar o remodelar estéticamente la nariz.

La nariz es la parte del rostro más relevante y al ubicarse en el centro del mismo es imposible que pase desapercibida, e incluso aunque no tenga ninguna irregularidad o imperfección, su tamaño y su forma son cruciales a la hora de aportarle armonía y belleza al rostro. Una nariz desproporcionada al resto de rasgos faciales, como son los ojos, la boca y el mentón, puede romper la simetría facial.

Debido a la importancia que tiene la nariz en cuanto a la armonía del rostro, resulta fácil afirmar que la Rinoplastia Estética es uno de los procedimientos quirúrgicos más solicitados de la cirugía plástica.

Este tipo de intervención tiene como objetivo principal que haya un cambio sustancial en la apariencia externa de la nariz del paciente; por lo tanto, al llevarse a cabo únicamente por razones estéticas se considera un procedimiento “de elección”.
Para realizar esta cirugía se debe tener en cuenta el propio deseo del paciente sin olvidar nunca la armonía de la cara y sobre todo su edad. Por lo tanto, y siempre después de un minucioso examen físico de las estructuras nasales del paciente por el médico especialista, cualquier paciente es candidato para someterse a una Rinoplastia estética, siempre y cuando sea emocionalmente estable, y sobre todo sea realista en cuanto a sus expectativas. No se debe realizar este tipo de cirugía hasta que el hueso de la nariz haya alcanzado su desarrollo completo, que suele ser alrededor de los 15 ó 16 años en las mujeres y un poco más en los varones.

Anatomía de la región nasal

La región nasal está constituida:

  1. Pirámide nasal. Es la región que realmente va a ser modificada durante la cirugía estética de nariz.
  2. Fosas nasales. Son dos conductos anteroposteriores estrechos, que se abren al exterior por los orificios nasales o narinas y, cuya pared interna es el tabique o “septum nasal”.

Pirámide nasal

Como su nombre indica tiene forma de pirámide triangular, ocupa la región media de la cara y sirve de cubierta a las fosas nasales; es decir, tiene un papel fundamentalmente estético.
Está constituida por un vértice superior o raíz nasal, cuyas paredes laterales se unen en la zona intermedia para constituir el perfil del dorso nasal, y la pared posterior se continúa con las fosas nasales.

Los bordes laterales forman surcos más o menos profundos que se unen a la región facial vecina, de la siguiente manera: hacia arriba está el surco palpebral, que la separa de los párpados oculares y corresponde a la apófisis ascendente del maxilar, y luego se continúa hacia abajo con el surco nasogeniano, que termina en el surco de la región labial o surco nasolabial.

La base de la pirámide se corresponde con los orificios nasales o “narinas”, que son de forma más o menos triangular con vértice anterior, redondeado por el lóbulo nasal y cuya base limita con el labio superior.

Por otro lado el subtabique separa ambos orificios nasales en derecho e izquierdo y, desciende sobre el labio superior formando el ángulo nasolabial.

El esqueleto de la pirámide nasal es óseo-cartilaginoso y, quirúrgicamente se divide en tres fragmentos:

  1. Parte superior: Es fija, de naturaleza ósea y está constituida por los huesos propios nasales y por la apófisis ascendente del maxilar.
  2. Parte media: Es móvil, de naturaleza cartilaginosa y está constituida por los cartílagos laterales superiores o triangulares.
  3. Parte inferior: Es móvil, también de naturaleza cartilaginosa y se corresponde con la estructura de los cartílagos laterales, o también denominada ala de la nariz.

Tipos de nariz

Según la forma nasal se clasifican en los siguientes tipos:

  • Nariz recta. Dorso rectilíneo, ángulo nasofrontal pronunciado y el ángulo nasolabial casi recto.
  • Nariz griega. Línea frontal y dorso nasal forman una línea.
  • Nariz respingada. Dorso cóncavo, el ángulo nasofrontal y ángulo labial casi obtusos, narinas y narices hacia arriba.
  • Nariz gibosa. Dorso con joroba más o menos prominente.
  • Nariz durja. Punta caída y ángulo nasolabial agudo.
  • Nariz negroide. Dorso nasal ancho y las alas muy separadas.
  • Nariz puntiaguda. Subtabique muy largo y ángulo nasolabial obtuso.
  • Nariz aguileña. Dorso nasal fino y punta en pico de águila.

Objetivos de la rinoplastia estética

Mediante la intervención de Rinoplastia Estética se puede:

  • Reducir o aumentar el tamaño de la nariz.
  • Cambiar la forma de la punta de la nariz: punta muy ancha, punta caída, etc.
  • Corregir el puente nasal: cuando hay una giba prominente, una lateralización nasal, etc.
  • Reducir la abertura de las fosas nasales.
  • Cambiar el ángulo entre la nariz y el labio superior.
  • Corregir un defecto o lesión congénitos.
  • Ayudar a aliviar algunos problemas respiratorios, restableciendo el flujo normal del aire; sobre todo si se combina con una corrección del tabique nasal desviado y/o una reducción de la hipertrofia de cornetes inferiores.

Es una cirugía que se realiza normalmente bajo anestesia general y siempre asistida por un anestesista, necesitando el paciente una estancia en la clínica de un día después de la intervención.

Después de la cirugía, se le coloca al paciente una férula metálica o plástica externa para sostener la estructura ósea que se acaba de reconstruir y, para sujetar el tabique nasal, también se le puede poner al paciente una férula plástica suave o tapones nasales.

Es normal que inmediatamente después de la intervención la nariz y la cara se hinchen, que aparezcan posteriormente a los 2 o 3 días hematomas alrededor de los ojos, y que el paciente sienta molestias y dolor de cabeza. La hinchazón y el amoratamiento desaparecerán casi por completo a las 2 semanas y, el dolor se puede controlar mediante fármacos analgésicos.

Existen una serie de cuidados post operatorios, que es importante que el paciente tenga en cuenta:

  • Evitar durante un período de 2 o 3 semanas realizar cualquier actividad que pueda provocar un aumento de la presión sanguínea y, por lo tanto, un posible sangrado: ejercicio físico brusco, actividad laboral fuerte, etc.
  • Evitar tocarse y golpearse la nariz.
  • Evitar la exposición al sol sin protección, durante las primeras 8-10 semanas después de la cirugía.

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