Son arrugas elásticas que se originan en los pómulos principalmente por el paso del tiempo (Cronoenvejecimiento) y por la sobreexposición solar (Fotoenvejecimiento), que se terminan convirtiendo en permanentes, disponiéndose de manera lineal y continua a ambos lados del rostro.
Normalmente es el propio envejecimiento del paciente, siendo más evidente a partir de los 45 años, el responsable de su aparición debido por un lado a la progresiva pérdida de colágeno y fibras de elastina de la epidermis de la piel, y por otro, a los cambios estructurales internos que hacen que el pómulo se caiga hacia delante. Existen otros factores que pueden influir en su aparición temprana como son la propia genética del paciente que determinará la calidad de su piel, la sobreexposición solar, consumo de tabaco, cambios bruscos de peso, ejercicio intenso como correr, etc.