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Yolanda Albelda habla en Onda Cero sobre tratamientos para el invierno

En la Clínica de Medicina Estética Yolanda Albelda el primer paso antes de un tratamiento es comprobar el estado de la piel y ver qué necesidades específicas tiene. En función de eso, se le pautarán unos tratamientos u otros. Generalizando podríamos decir que en estos meses de otoño son muy adecuados para tratar, por ejemplo, el acné (pues estos meses es muy frecuente que aquellos pacientes con tendencia hormonal tengan brotes de acné activo).
También es habitual que, conforme el bronceado va desapareciendo, las manchas solares se van haciendo más evidentes. En estos casos, después de una limpieza profunda solemos hacer un pre-peeling (un peeling químico en concentraciones más bajas). Dependiendo del paciente y de la magnitud el problema, suele hacerse a continuación un IPL (o Luz Pulsada Intensa), un láser frío que sirve para tratar, por ejemplo, léntigos solares, venitas rotas, machas…

Ramón Castro le preguntó por las pecas, que es muy frecuente que con los años se vayan agrandando y uniendo como en una especie de mancha (en vez de aquellos divertidos puntitos de la juventud). Este exceso de melanina concentrado en unos puntos que, si no se protegen adecuadamente del sol, o por tendencia genética, suelen acabar aumentando de tamaño y adoptando el aspecto de mancha que ya no quedan tan bonitas. Pueden llegar a convertirse en léntigos solares o incluso, en algunos casos, en un melasma (una mancha que ocupa una parte importante de la piel y con un componente más hormonal) que ya es más complicado de solucionar. El conocido como “bigote solar” es un ejemplo muy común de este melasma que suelen bajar de tono en invierno y subir su intensidad en verano. En los embarazos suelen darse también este tipos de manchas pero debido a los cambios hormonales (en esos casos se llama cloasma) y quedan muy feos porque suelen aparecer en la región peribucal dando aspecto de vello facial, cuando no lo es.

Otra preocupación muy habitual son las ojeras, que no tienen que ver con las bolsas, que tienen muchos posibles orígenes. La piel de esa zona es la más delgadita de todo el cuerpo. Muchas veces al ponerse el protector no se cubre esa zona para evitar que entre en el ojo el producto, por lo que es un área que se mancha de una tonalidad marrón con mucha facilidad (en esos casos puede tratarse con IPL, por ejemplo). Otro tipo de ojera es el que tiene un componente circulatorio y vascular (de origen genético), y tiene una tonalidad más azulada (normalmente son personas que desde jovencitas tienen ojeras y pueden tratarse con carboxiterapia combinado con mesoterapia).
Hay otros casos en los que hay una pequeña depresión que cuando se es joven no se marca tanto, pero según pasan los años, como hay un descolgamiento de la cara, un envejecimiento con un vector gravitacional que cae hacia abajo (un triángulo invertido que se va alargando hacia la mejilla, y entonces la ojera se va ampliando y se va uniendo a la región malar (la parte anterior de la mejilla). En estos casos tenemos un triángulo invertido por una falta de tejido, por lo que en esos casos puede tratarse con ácido hialurónico. Se hace como un relleno para subir el plano de la ojera.
Como siempre os recomendamos, lo aconsejable es llamar por teléfono a la clínica y pedir cita para diagnóstico para que podamos hacer un estudio y ver qué tratamiento es el más adecuado.

Podéis escuchar la entrevista completa aquí:

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